Carta al presidente de Telefónica o Movistar.




César Alierta Izuel
Presidente Ejecutivo de Telefónica


Estimado señor Alierta,

Tengo el placer con estas líneas de presentar mi candidatura al puesto de miembro del Consejo Asesor de Latinoamérica y/o de Europa de Telefónica para que sea considerada positivamente por usted y proceda a mi nombramiento en cuanto le sea posible.

Debo reconocer que no tengo el gusto de conocerle personalmente, pero, a la vista de las noticias acontecidas recientemente referentes al nombramiento del señor Rodrigo Rato como miembro de los anteriormente citados consejos asesores, no creo que tenga usted inconveniente alguno en estimar mi solicitud. Son más las diferencias existentes entre el señor Rato y mi persona que las similitudes, pero haré un esfuerzo con el que procuraré hacerle ver que, tanto mi disponibilidad, como mi preparación son más que suficientes para desempeñar con total dedicación y fruición, y para beneficio de la empresa, el trabajo que el tristemente denostado señor Rato desempeñará en ambos consejos.

No me andaré con ambages, pues entiendo que en el mundo de la alta empresa (y siempre que quede guardada la confidencialidad en que se fundamenta la confianza recíproca que los altos cargos nos debemos) las evasivas siempre son contraproducentes. Mi proposición aúna la confianza que ofrece la ausencia de imputaciones sobre mi persona en procedimiento judicial alguno (si en el transcurso del proceso de selección aconteciese alguna me comprometo a retirar mi candidatura para no calumniar la imagen de la compañía), al hecho de no haber abandonado de forma injustificada, improcedente o comprometedora ninguna de las empresas en las que anteriormente desempeñé cargos de responsabilidad. No entienda estas aseveraciones como ataques contra la candidatura del señor Rato, que supongo cumplimentada por cuanto ya ha sido oficializada, sencillamente le invito a reflexionar acerca de las bondades que la mía ofrece, máxime teniendo en cuenta que mi dedicación sería en exclusividad y que los emolumentos que solicito no pretenden ser en caso alguno superiores a los del señor Rato, a lo sumo iguales y comprendiendo que los mismos son perfectamente asumibles tras los recientes procesos de despidos que se han llevado a cabo en la compañía y que también han afectado, aunque haya sido vía dimisión (sorprendente en cualquier caso) al señor Urdangarín, idénticamente imputado en un procedimiento judicial (idénticamente al señor Rato, quiero aclarar).  

Mis antecedentes valorizan, pues, sobradamente mi candidatura. Puedo presumir de no haberme visto sumido nunca en caso alguno de corrupción, prebendas, canonjías (si bien mi relación con el clero puede considerarse como aceptable si es de su interés) o malversación de fondos durante mi etapa como parte del sistema de empresas públicas. Antes bien, debo indicarle que si estas circunstancias conllevan una estimación negativa de mi candidatura, puedo confesar (aludiendo a ese principio de recíproca confidencialidad) que en alguna ocasión recibí cesta de regalos por navidad (compuesta por una botella de vino y una paleta de cerdo ibérico), aunque finalmente la repartiese entre mis compañeros de trabajo (no entienda, por favor, este testimonio como un eufemismo, se trata de un hecho verídico y contrastable). De otra parte siempre puede serle de utilidad, llegado al caso, mi excelso currículo, que eximo de incluir por considerarlo innecesario en este procedimiento.

Me veo en la obligación de aclarar que, si las circunstancias precisasen que tuviese que admitir algún error, lo haría sin tapujos y mediante informe suscrito por mí, como el afamado Olivier Blanchard (economista jefe del Fondo Monetario Internacional) al que usted sin duda conocerá y que ha tenido a bien reconocer recientemente los errores de formulación en el análisis llevado a cabo, desde la entidad para la que trabaja, acerca de la grave crisis actual en relación con las consecuencias de los métodos de austeridad forzada a ciertos países (proceso denominado austericidio) y que han supuesto y suponen el sufrimiento de cientos de miles de familias. Quiero decir, por terminar de aclarar la cuestión, que, si por ejemplo, como consecuencia de un fallo mío, miles de usuarios se quedasen sin servicio de telefonía, no tendría inconveniente en reconocerlo públicamente (de dimitir, ni hablamos, ya me entiende, ¿verdad?).

Por último, quisiera realizar un esfuerzo final de sinceridad y confesar abiertamente que, tal vez, la mayor limitación y dificultad que pudiese usted encontrar para incorporarme a su equipo directivo, y que doy por hecho que el señor Rato tiene solventado, sería mi carencia de carné político de tipo alguno (refiriéndome concretamente al que sea de su personal agrado y más satisfacción le proporcione). Esta circunstancia, fácilmente resoluble tras comprobar las cuotas que los afiliados de los partidos políticos más significados deben abonar, podría quedar solventada en un período de tiempo relativamente breve si el comité de selección del partido que usted deseé estima, paralelamente a la suya, mi candidatura para iniciarme en las tesis políticas turnadas.

Espero y deseo que el escenario expuesto ofrezca toda la confianza que necesita y le permita depositar la suya en mí como nuevo miembro del Consejo Asesor que estime oportuno, permitiéndome recordarle que mi elección no constituiría delito alguno de nepotismo (solo tiene que mirar los apellidos) o favoritismo (pues tal y como le indicaba al principio no tenemos el gusto de conocernos). Prosiguiendo con la ausencia de perífrasis que me he permitido iniciar, le deseo la mayor de las suertes en la compañía del señor Rato, en cuyas tristes circunstancias he hecho el esfuerzo de imaginarme para entender el sufrimiento que debe estar aconteciéndole, más aún si resulta inocente de las acusaciones que se vierten sobre él y que, sin lugar a dudas, ha ayudado amistosamente a que sea elegido para tan distinguido cargo, acorde a una preclara inteligencia como la suya (pueden entenderse la sutil referencia a cualquiera de las dos personas).

P.D.: Permítame que aproveche para recordarle que todavía sigo pendiente de resolver una reclamación que realicé telefónicamente (creo que trece o catorce veces) hace algo más de un año sobre un cargo que me realizaron correspondiente a un servicio que no tenía contratado con su compañía, Telefónica o Movistar. Disculpe que abuse de la confianza que me otorgan estas letras para pedir que interfiera en mi nombre y resolver finalmente este desagradable asunto, sin que, claro está, esto sea constitutivo de prevaricación.


Mérida a 4 de enero de 2013.
Rubén Cabecera Soriano.

Fotografía: www.portal.uned.es

6 comentarios:

  1. Muy bien, habría que inundar los despachos de telefónica con cartas de este estilo.
    Yo ya he llamado a telefónica para decirles que me estoy pensando en darme de baja por contratar a ese “señor”.

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  2. Si no estuviéramos adormecidos como estamos, es lo que deberíais hacer, y digo vosotros porque yo ya hace tiempo que abandoné Telefónica y desde luego mientras este individuo esté en su nómina, conmigo que no cuenten.
    Esto ya es reirse de tod@s nosotr@s...
    Alguno conoce los trámites para darse de baja de un país y de alta en otro? Porque es para pensárselo.
    Que contentos tienen que estar soñando con que les den las olimpiadas... La de negocio que van hacer algunos a cuenta de ESPAÑA!!!

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  3. He mandado la carta a Telefónica, no espero que me respondan, pero me quedo más tranquilo. También la he mandado a algún que otro periódico, pero son tan largas las redes de las grandes empresas que tampoco creo que lo publiquen... En fin, es lo que tenemos.

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  4. Buenas tardes, RUBÉN,

    Ya sabes que no te van a contestar, porque cuando se deja caer una gota de agua sobre una piedra, no le hace nada. En cambio si se van echando gotas por más gente puede llegar a hacerse un agujero. No te desanimes, pues lo importante es denunciar, llegar a la gente, mostrarles lo que sucede, abrirles los ojos… Te lo digo por experiencia propia y te animo a seguir esa senda: denuncia, que algo queda.

    Saludos cordiales

    Antonio Sánchez (ahorrarcadadiaconloselectrodomest.blogspot.com )

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    1. Muchas gracias por tus ánimos Antonio. Llevas toda la razón una gota es poco, pero suma, y al final muchas gotas llenan un vaso y con un poco de suerte lo hacen rebosar.
      Un saludo

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    2. PERO VA HACER BIEN SU TRABAJO , O VA A PASAR DE TODO. VA A ,MALTRATAR AL QUE CONTRATA SUS SERVICIOS , VA A METER PUBLICIDAD ENGAÑOSA.
      PARA MI TELÉFONICA ES UN FRAUDE , DONDE LOS EMPLEADOS VAN A TRABAJAR INSATISFECHOS Y PUTEAN AL CLIENTE VOLVIENDOLE LOCO

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