Superheroína




Hay cuatro superpoderes que pocas veces somos capaces de disfrutar en nuestro mundo. Son escasos y como tales muy preciados. Resulta complejo encontrarlos de forma individual y mucho más aglutinados en un solo superhéroe por varios motivos: en primer lugar porque la palabra superhéroe intrínsecamente implica ficción, con lo que la existencia de este tipo de personajes se limita, como podría parecer a priori, al mundo de los cuentos, fábulas o mitos; en segundo lugar, con relación a los superpoderes, porque estos, a saber, hacer feliz, dar cariño, crear belleza y comprender al prójimo —líbrese de las connotaciones religiosas—, son cualidades atribuibles a los seres humanos especiales y hay pocos seres humanos especiales en nuestro mundo real, aunque haya muchos superhéroes en la ficción.

Resulta curioso observar cómo los superpoderes tradicionales suelen limitarse a aquellas características humanas que son rebasadas en quienes los poseen por exceso —en algún personaje también la encontramos por defecto— considerándose sobrehumanas. Son habituales aquellos superpoderes que conceden fuerza extrema, la capacidad de volar, de adivinar el futuro, de tener una visión excepcional o de controlar la mente de otros, por ejemplo. Estos superpoderes son extrínsecos a los seres humanos, incluso dentro de la ficción aquellos personajes que los poseen suelen ser considerados anómalos o mutantes, aunque, curiosamente, en algún momento de nuestras vidas, ansiamos poseerlos pues nos facilitarían enormemente la resolución de alguna cuestión personal que, de otra forma, requeriría un gran esfuerzo, arresto suficiente y una fuerza de voluntad tal que nos acongoja pensar en tener que enfrentarnos a dicha cuestión solo con nuestra idiosincrasia humana.

Sin embargo, nadie parece haber caído en la cuenta de la existencia de esas cualidades humanas —no sobrehumanas— antes citadas, tan valiosas y parcas, pero que difícilmente encontramos en los hombres y que les confieren la condición de superhéroe, a pesar de que esto pueda parecer una paradoja. Resulta pues que una suerte de atributo potencialmente existente en la naturaleza individual de cada cual escasea, hablando en términos estadísticos, en la mayoría de la población, pero su existencia otorga a quien lo posee, como si de una unción se tratase, de un gran poder, ergo le otorga la categoría de superhéroe o superheroína por la circunstancia singular y extraordinaria del atributo.

Y es que estas cualidades: hacer feliz, dar cariño, crear belleza y comprender al prójimo son, como se ha dicho, escasas y valiosas pero humanas, por más que haya poca gente que las tenga y menos aún que las reúna de forma conjunta. Por eso podemos inferir que quien las tenga reciba la condición de superhéroe o superheroína. Si se tiene la suerte de conocer a una de estas personas, resulta obvio que es alguien al lado de quien permanecer, a quien unirse y de quien sentirse orgulloso. Además de ser alguien a quien poder acudir en caso de necesidad ya que aplicará de forma desinteresada, pues un corolario de estos poderes es la humildad, el don que sea necesario de entre los cuatro citados para socorrer a quien lo necesite.

Imagino que nadie se atreverá a minusvalorar ninguna de las cuatro cualidades citadas por el mero hecho de considerarlas humanas, imagino que nadie, al menos en su sano juicio, desdeñará ninguna de estas virtudes al compararlas con los superpoderes tradicionales y de hacerlo debería considerar que esos superpoderes son, siento tener que decirlo de forma tan cruel, falsos, pertenecen al mundo de la ficción, mientras que los otros son reales, absolutamente reales, tan reales como la vida misma por más que resulten exiguos. Así que, permíteme un consejo porque probablemente conozcas a alguna persona que tenga alguna de esas cualidades, incluso puede que más de una: guárdala, guárdala como el tesoro que es y cuídala, aunque probablemente necesites más bien tú de su cuidado que ella del tuyo.

Imagen: rcs

A Cristina, un pequeño regalo en el Día de la Madre... 
y un homenaje para todas las madres, todas tienen estos cuatro superpoderes...

En Plasencia a 4 de mayo de 2019.
Rubén Cabecera Soriano.
@EnCabecera



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