Creo que llevo más
de tres días muerto, aunque es difícil precisar el tiempo cuando uno se debate
entre la vida y la muerte. No tengo consciencia de vida, pero apostaría a que
esto todavía no es la muerte. Lo último que recuerdo es un panfleto, un maldito
panfleto manuscrito de letra alzada y renglones torcidos. Mi memoria no quiere
olvidar la última frase: “La guerra ha
terminado”. Después, un atronador y ensordecedor ruido a mi espalda y de
repente, un intenso dolor. Aún me veo cayendo al suelo con el papel en la mano
y la oscuridad envolviéndome. No quise soltarlo, es más, me parece tenerlo
agarrado fuertemente en mi agonía. La guerra ha terminado y yo muero.
Imagen: Wikipedia.
Mérida a 25 de
junio de 2011.
Este es un breve relato que escribí hace algún tiempo sobre el final de la Guerra Civil Española y que quiere reflejar lo absurdo de la guerra, de cualquier guerra. La guerra mata aun cuando ya se da por finalizada. Triste realidad.
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