Cíclope.





Pobre Polifemo, descendiente de Poseidón y de Toosa, incapaz de desplegar las habilidades de sus ancestros con los metales y dedicado al pastoreo en una desértica isla mediterránea. De carácter hosco, curtido en largas y solitarias jornadas de duro trabajo, tuvo la desgracia de encontrarse con el astuto Odiseo al que capturó junto a sus hombres, que habían arribado en barco a la isla de los cíclopes para cargarse de provisiones, cuando se percató de que se estaban dando un excelso festín con los frutos de su esfuerzo en su propia cueva. Fue tal la cólera que provocó en él este expolio que incluso dio buena cuenta de alguno de los marineros devorándolos ante el espanto de sus compañeros, pero Nadie le hizo gran daño cegándole su único ojo y Odiseo y sus compañeros escaparon atados a los vientres de los corderos del rebaño que Polifemo apacentaba. Tal vez si Odiseo no hubiese sido tan osado y no se hubiese regodeado con la victoria obtenida gracias a su sagacidad, Poseidón, el padre del cíclope, no se hubiese enzarzado con él procurándole males y desgracias en su particular odisea hasta llegar a Ítaca para encontrarse con su amada y añorada Penélope.

Cuenta la leyenda que Gea, también conocida como Gaia, engendró a Urano para casarse con él y gobernar los cielos, pues la Tierra ya le pertenecía. Ambos dioses dieron a luz a numerosos hijos, entre ellos a los titanes, a los hecatónquiros y a los cíclopes. La mitología no aclara, sin embargo, el auténtico origen de los cíclopes. Sí, en una primera generación fueron tres los que surgieron del amor de Urano y Gea -Polifemo es un cíclope de generaciones venideras, aunque tal vez sea el más conocido-. Todos ellos dotados de gran pericia como artesanos y envidiable fuerza, temida incluso por su padre que llegó a encerrarles junto con sus hermanos los hecatónquiros en el Tártaro, aunque, ayudados por Crono, titán hermano de estos, escaparon y vengaron semejante afrenta. Los cíclopes forjaron el Olimpo de los dioses y el rayo del temible e impredecible Zeus, pero ¿por qué nacieron con un solo ojo? Casi nadie sabe de los cíclopes que fueron los que nacieron del verdadero amor entre Urano y Gea. Este verdadero amor es el que explica que solo tuviesen un ojo.

La hermosa Gea, de amplio pecho, se sentía desnuda tras su creación después del Caos y concibió a Urano como cielo estrellado para cubrirla y protegerla. Se sintió tan segura con semejante manto que decidió yacer con él. Se amaron, se quisieron, era tal la confianza que se tenían que se atrevieron a acercar sus rostros hasta tocarse manteniendo los ojos abiertos, pues no sentían miedo ni timidez. La profundidad de sus miradas, la de él sobre la de ella y la de ella sobre la de él, les hizo darse cuenta de que solo se apreciaba un ojo en sus rostros, solo uno, y es por eso que sus hijos, los cíclopes, nacieron con un solo ojo en la frente, signo del amor que sus padres se profesaban. Desde entonces el verdadero amor se reconoce cuando dos personas se acercan y solo ven un ojo en el rostro del otro, como si de cíclopes se tratase.


Fotografía: Cristina Valdera López.

Plasencia a 24 de agosto de 2014.

Rubén Cabecera Soriano.