tambor en
redoble...
piernas constantes
y
estrechas cinturas,
listos al
pasodoble,
mano sobre mano extendidas
al aire
y rostro al rostro en
espera de la música
silencio y sonrisa
complicidad en un
compás desmedido
bailarines de la
vida
danzando juntos en
el tiempo,
dejadme impasible
contemplándoos
vida y amor
inmensa felicidad
envidia de los
ángeles y anhelo de los cielos,
delicados pasos de
piernas que se entrecruzan,
maravillosos giros en
equilibrios increíbles
descansa tu mano en
su espalda
reposa la suya en tu
hombro,
afecto y apego
compartidos
único ser en dos
cuerpos
danzando en el
sendero del cariño
y del amor
cabriolas los niños
os hacen al veros zapatear
trenzados de flores
se rinden a vuestro paso
contemplad lo vivido
desde arriba
que celos os
tenemos desde abajo
parad la música
que deje de sonar
acaso no veis
no la necesitan
nunca dejarán de
bailar
Una pequeña y humilde poesía para dos amantes,
bailarines.
Mérida a 27 de junio de 2003, Mérida 21 de
febrero de 2013.
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